Los problemas que puede presentar una fachada son muy diversos y en Decoman te ofrecemos solución para todos ellos:
Es un avance incontrolado del dióxido de carbono CO2 (presente en el aire) a través del hormigón. Afecta a la durabilidad de la armadura que, debido al descenso del pH, deja de estar protegida y puede corroerse. Cuando un proceso de corrosión se desencadena, la vida útil puede quedar seriamente reducida.
Eliminar todas las zonas defectuosas y sanear hasta encontrar la armadura, después aplicar una imprimación antióxido. Para recomponer el hormigón, deberemos recurrir al mortero reparador de hormigón indicado en cada caso.
Su orígen es diverso: por fuga de humedades del interior de la pared, por asentamiento de la estructura, por falta de elasticidad del recubrimiento…
Abrir la grieta en “V”, eliminando partes de mortero desprendido o pintura deteriorada. Consolidar la grieta abierta, para asegurar un mejor anclaje del producto de relleno. Después aplicar masilla elástica especial para fachadas. En caso de que la grieta fuera más grande de lo habitual, se debe aplicar otras soluciones como mallatex, varillas de fibra de vidrio, etc.
Se produce por falta de permeabilidad al vapor de agua de algunas superficies. Un ampollamiento continuado y no tratado puede llevar a la escamación y al desconchamiento de la pared.
Chorrear con agua a presión (180 bares) la superficie y después rascar con medios manuales (espátula, cepillo de alambre, etc) las zonas que aún han quedado sueltas. Una vez seca la superficie, se aplica una masilla elástica especial para fachadas.
La humedad y la contaminación son las causas. Juntas o por separado pueden llegar a provocar el desconchamiento de la pared.
Chorrear con agua a presión (hasta 220 bares) y rascado con medios manuales (espátula, cepillo de alambre, etc) las zonas que aún han quedado sueltas. Después se tratará la fuente de humedad así como la aplicación de un fijador.
Manchas de color blanco sobre la superficie de la pintura, el cemento o el ladrillo, transportadas por la humedad, que perjudican la adherencia de la pintura al soporte.
Detectar y neutralizar el foco de la humedad es primordial para que el proceso de rehabilitación sea correcto, una vez conseguido debemos chorrear con agua a presión (180 bares) la superficie y después rascar con medios manuales (espátula, cepillo de alambre, etc) las zonas que aún han quedado sueltas. Una vez seca la superficie, se aplica una masilla elástica especial para fachadas.
La humedad es su gran aliado. Este ataque biológico multiplica la capacidad de absorción de humedad en la pared, con lo que sus efectos aumentan.
Chorrear con agua a presión la superficie, después las zonas que estaban infectadas se tratan con productos desinfectantes especiales para evitar su reproducción.